lunes, 16 de marzo de 2015

PERSPECTIVA PERSONAL


Interpretación personal.

El rostro aparte de ser la imagen que todos vemos o la forma como nos observan, involucra una serie de enigmas que solo son explicados, y eso en algunos casos, por el propietario del rostro.  En el rostro reflejamos nuestras alegrías, tristezas, estados de ánimo y son los personas que nos miran las que en muchos casos hacen una interpretación de este, a veces equivocada, es por ello que nos ven disgustados cuando solo estamos cansados o preocupados o nos ven alegres sin saber la carga de dificultades que llevamos en nuestro ser.

Sobre el rostro se van marcando cicatrices que van surgiendo en el trasegar de la vida cotidiana, marcando las alegrías,  las tristezas y el inexorable paso del tiempo, es por ello que comúnmente se habla que el rostro es el espejo del alma, donde cada experiencia vivida va sumando grano a grano en la construcción del rostro.

Envejecer es un proceso, para algunas personas es una etapa muy difícil, sobre todo cuando se tiene la percepción que no se ha vivido lo suficiente o no se ha disfrutado de la existencia, por ello perder la lozanía del rostro sin sentir que se ha vivido genera tristeza por lo que no se ha disfrutado, pero es realmente agradable llegar al atardecer de la vida con el rostro cargado de arrugas, cada una construida a base de alegrías y tristezas por las acciones de nuestro devenir en el mundo.

El rostro es solo una primera impresión de lo que cada persona es y lo que ha vivido en el día a día sean situaciones de alegría, tristeza enojo, enfermedad y muchas más por las que cada persona tiene que pasar y son imposibles de evitar, pero aparte de eso el rostro también lo construimos nosotros mismos pues tenemos la capacidad de decidir qué tipo de vida queremos llevar y compartir con las personas que nos rodean todos los días no importando la edad ni las marcas que delatan nuestra edad que es lo que acongoja tanto al lector de este articulo pues aun siendo acianos podemos terminar nuestros días con el rostro que un día decidimos construir.

Este artículo nos deja un gran mensaje, pues el ser humano maquilla sus sentimientos, expresiones y demás cosas que al momento de expresar nos cuenta difícil, o nos resulta fácil, ya que cada uno es consciente de lo que hace, tiene y dice. El ser humano tiene la capacidad de decidir en qué estado emocional quiere estar, por lo tanto también somos capaces de callar y transmitir nuestras sentimientos a través de miradas y gestos. El rostro y como todo nuestro ser es la más maravillosa creación de Dios, y por complemento tenemos la esencia de las cosas en nuestras miradas y expresión de nuestro propio rostro.

HIPOTESIS
El rostro es la masa en la cual están forjadas todas nuestras alegrías y tristezas acumuladas durante la vida.

PALABRAS O EXPRESIONES CLAVES

La vejez, la compañera inseparable de la experiencia humano, el temor a la pérdida vivamente representado
Pérdida de rigidez en la piel, firmeza y tamaño del músculo, ganancia de unos cuantos pliegues y manchas, son solo un mensaje del cuerpo.

Si ya pasó tu tren o flotaron tus muertos
Aplicación de técnicas de Daniel Cassany en el artículo
El rostro que nos vamos construyendo de Rosa Montero 

Es reconfortante ver como Montero a raíz de sus pasiones personales, cautiva por una impactante historia detrás de una fotografía que supone y se empeña en descifrar, logra involucrar al lector en un texto de opinión, haciendo uso de la comparación y la descripción, llevándolo poco a poco a pensarse y reflexionar con mayor profundidad un asunto que puede ser tan superfluo como también complejo, en una sociedad de lectores colombianos que, como por programación genética rinden culto a la belleza, a esa belleza de piel tersa, lozana y suave que dista tanto de lo que a Montero acongoja en su presente artículo “La vejez”

Una fotografía de Borges en su desconocida e increíble bella y triste juventud, el punto de partida para Rosa y el dedo en la llaga para el lector; La vejez, la compañera inseparable de la experiencia humano, el temor a la perdida vivamente representado.  Montero tiene conocimiento de causa, de vida, de experiencia, sabe que una gran parte de la población le huye a la vejez, es por ello que busca con un lenguaje natural y simplista mostrarle al lector que esa pérdida de rigidez en la piel, firmeza y tamaño del músculo, ganancia de unos cuantos pliegues y manchas, son solo un mensaje del cuerpo.

Así pues, hace todo un montaje dramático de lo terrible que  puede llegar a ser el paso del tiempo, los rastros atroces que deja en quien lo padece, la melancolía de lo que se fue y el desconcierto de ver en lo que te has convertido; Montero quiere arrancar todo sosiego, lograr tener la angustia y desconcierto del lector joven así como permitirle al lector viejo identificarse, asentir con cada línea leída, descansar al sentir que no es el único que gasta su energía y tiempo restante en pensar lo que vivir la vida le ha dejado, en lo injusto que es crecer. 

Todo ello para darle un giro inesperado, un pensamiento menos dramático y una mirada más alentadora a la vejez, suponiendo que a veces lo que se juzga como terrible, trágico o simple es la mejor experiencia vivida para quien porta el objeto, la historia o el aspecto juzgado, “Tal vez ese muchacho lindo de mirada horriblemente triste era una realidad de la que salir corriendo a toda prisa. Tal vez convertirse en tortuga (y en un enorme escritor) le salvara la vida.”

Cuestiona si ¿has cambiado mucho en tu trayecto? e implícitamente alienta a que hagas algo al respecto si ya paso tu tren o flotaron tus muertos, podrías saber qué harías mejor y qué dejarías igual en una nueva oportunidad o si aún tienes un poco de tiempo para esperar tu tren podrías pensar que señas quieres ver aflorar en tu cadáver flotante.

TÉCNICAS APLICADAS
1.    Identificar el propósito
5. Rastrear la subjetividad del autor
6. Detectar posicionamientos
7. Descubre lo oculto
9. Identificar el género
14. Verificar la solidez y fuerza del discurso
15. Hallar palabras disfrazadas
18. Analizar la sombra del lector

22. Meditar las reacciones frente al texto